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sábado, 6 de septiembre de 2014

Nutrientes y depresión una estrecha relación. Parte I Macronutrientes.



  • Aminoácidos: (moléculas que se unen y forman las proteínas) específicamente el  triptófano, tirosina, fenilalanina y metionina a menudo son útiles en el tratamiento de muchos trastornos del estado de ánimo como la depresión. Porque muchos de los neurotransmisores del cerebro se componen de amionácidos y su deficiencia como precursores causa bajo  ánimo y  agresión en las personas.

-Triptófano: es precursor del neurotransmisor serotonina por lo cual su consumo puede inducir sueño y tranquilidad. Por lo tanto, el triptófano puede inducir el sueño y la tranquilidad por lo cual deficiencias de este aminoácido pueden inducir depresión por deficiencias del precursor.

- Tirosina  y a veces su precursor fenilalanina se convierten en dopamina y la norepinefrina. Los suplementos dietéticos que contienen fenilalanina y / o tirosina causan  estado de alerta y excitación.

           - Metionina: se combina con el trifosfato de adenosina (ATP) para producir S-adenosilmetionina (SAM), que facilita la producción de neurotransmisores en el cerebro.


  • Carbohidratos: El consumo de las dietas bajas en éstos tiende a precipitar la depresión, ya que la producción de serotonina y triptófano que promueven la sensación de bienestar, es desencadenada por alimentos ricos en carbohidratos.

Se sugiere que un bajo índice glucémico (GI) de alimentos como algunas frutas y verduras, granos enteros y otros alimentos ricos en fibra o grasas (que permiten que el azúcar se libere más lento en sangre al comerlos) tienen más probabilidades de proporcionar un efecto moderado pero duradero en la química del cerebro, el estado de ánimo y nivel de energía  en comparación con los alimentos de alto IG  como los dulces que tienden a proporcionar un alivio inmediato pero temporal en el estado de ánimo (sube y cae el humor con éstos).



  • Grasas tipo omega 3 de pescado y otras fuentes (linaza, chía, quinoa etc): Los estudios clínicos y datos epidemiológicos vinculan el bajo consumo de omega 3 con la depresión  y su posible uso como coadyuvante en el tratamiento. El acido eicosapentaenoico (EPA) presente en el aceite de pescado es precursor del otro omega 3 el ácido docosahexaenóico (DHA), el cuerpo no los sintetiza deben obtenerse de la dieta y transportarse al cerebro porque la materia gris se conforma en 33% aproximadamente de grasas omega-3.


 La deficiencia de omega 3 causa perturbación en la función neural y su deficiencia puede acelerar el envejecimiento cerebral porque no se renuevan las membranas celulares conformadas por están grasas en parte. Los mecanismos en estudio implican conversión de éstos a neurotransmisores y otras vías de activación de señales celulares.  



Como los ácidos grasos omega-3 son antiinflamatorios y cardioprotectores pueden ayudar a tratar la depresión; en la que se ha visto que existe inflamación y alteraciones en la función del endotelio (vasos sanguíneos) similares  a lo encontrado en enfermedades cardiovasculares. También ha mostrado eficacia en ensayos clínicos para trastorno bipolar. La suplementación con dosis correspondiente siempre debe  estar prescrito por su médico especialista en este caso psiquiatra y puede estar contraindicado si usted toma anticoagulantes.


Te invito a leer la Parte II de este artículo.
Lee también: depresión-stres-relación de pareja-peso corporal y depresión, stres-pareja-comida grasa-peso corporal.

Referencias:

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