El etanol u alcohol
etílico, ha sido por mucho tiempo la droga más consumida y abusada, el cual a
través de sus efectos sobre el fomento de la recompensa a nivel cerebral
activando la liberación de dopamina en el cerebro; genera placer y ganas de seguir
consumiéndolo. Los efectos de su consumo son dosis dependiente, es un
ansiolítico, mejora el humor, es sedante, enlentece el tiempo de reacción,
genera falta de coordinación motriz y deterioro del juicio.
El alcohol genera la
formación de radicales libres (ROS) y es tóxico, generando daño en las células del hígado (hepatocito) cuando
su consumo es frecuente y elevado. Puede
conllevar a generar hígado graso e incluso avanzar a fibrosis y hasta cirrosis
hepática. También incrementa el riesgo de ACV, enfermedad cardiovascular,
aumento del ácido úrico, aumento del riesgo de varios tipos de cáncer, aumento
de triglicéridos, riesgo de debilitar el músculo cardíaco (cardiomiopatía),
riesgo a obesidad, diarrea crónica y demencia.
La intoxicación aguda por
alcohol genera náuseas, vómitos y pérdida de la consciencia. Dicha intoxicación
se asocia con la resaca del día siguiente acompañada por dolor de cabeza y
deshidratación.
Cuando tomamos licor, no
deberíamos de exceder las siguientes cantidades:
La asociación americana del corazón
(AHA) es más estricta: 1 trago/día en
mujeres y hombres mayores de 65 años y 2 tragos/día hombres menores de 65años.
La relación de la ingesta
de alcohol con el peso y la nutrición se ve afectada de varias formas:
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El etanol
aporta 7,1kcal por gramo (las proteínas y carbohidratos aportan 4kcal/g y las
grasas 9kcal/g) no tiene nutrientes y debe ser utilizado como energía porque no
puede ser almacenado en el organismo y
desplaza el 90% de los sustratos de energía, lo cual frena el uso de la grasa
como combustible en esas horas de consumo favoreciendo su almacenamiento.
Ejemplo: 12onzas de
una whisky dependiendo del tipo (360ml o alrededor de 5 tragos hielo) con un
grado alcohólico alto de 50° contiene aproximadamente 1200kcal que es más de la mitad de las calorías que un adulto
sedentario debería consumir en promedio.
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Por otra parte, no es solo la cantidad de alcohol
consumido sino las otras bebidas que se agregan a los tragos generalmente altas
en azúcar y calorías como: refrescos, jugos pasteurizados, granadina, goma
arábiga, ponche crema, leche condensada, frutas en almibar (cerezas
marrasquino, melocotón en almibar) o bebidas energizantes, todas esas calorías
de azúcar se almacenan generando kilitos demás.
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Aunado a esto, muchas personas que consumen licor de
noche, tienden a “picar” o salir a comer luego de las fiestas un “snack” tipo
perro caliente, arepas, tequeños entre otros; que suman mayor cantidad de
calorías de sobre todo grasa saturada, carbohidratos y proteínas grasosas.
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Por otra parte existen las personas alcohólicas, las
cuales suplantan parte de las calorías de su ingesta diaria por licor generando
desnutrición. El consumo crónico de alcohol general malnutrición secundaria
porque afecta la digestión y absorción de nutrientes específicamente proteínas
y vitaminas (Vitamina A, Vit.B1, B2, B3,B6, B9, Vit. C, Vit. D, vit. K).
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Si se consume licor en ayunas o con el estomago vacío
desde hace muchas horas, esto genera baja del azúcar en sangre
(hipoglicemia) lo cual es de especial
cuidado para personas diabéticas.
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El efecto benéfico del licor sobre el sistema
cardiovascular en personas con enfermedad o riesgo, específicamente del vino
tinto (debido al contenido de los
antioxidantes polifenoles: especialmente resveratrol proveniente de las uvas)
se encuentra aún es estudio y la
AHA NO recomenda actualmente el consumo de
licor para ejercer efectos antioxidantes argumentando que falta evidencia
consistente y por los momentos se recomienda la adecuada nutrición, ejercicio y
farmacoterapia.
ALCOHOL Y EJERCICIO: La ingesta de alcohol después del ejercicio incluso si se acompaña de ingesta de proteínas, disminuye la tasa de síntesis de proteínas miofibrilares, es decir, detiene la después anabólica del músculo: altera la recuperación muscular y la adaptación fisiológica al ejercicio que permite que el músculo crezca, es decir, que se hipertrofie. Además el alcohol deshidrata el organismo estimulando la diuresis (orina).
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