Uno de los más notables debates de
salud pública en los últimos años
se refiere a la posible asociación
entre el químico ubicuo ambiental
bisfenol-A y una serie de enfermedades crónicas.
El bisfenol A (BPA) es un químico industrial usado desde los
años 60, llamado por algunos investigadores en la actualidad disruptor endocrino.
Se encuentra en
las resinas de epóxido y el policarbonato de plásticos. Es
utilizado ampliamente en la fabricación
de envases de alimentos y bebidas, filtros para cigarrillos, y papel moneda. El policarbonato principalmente se encuentra en la
botellas para agua y antes de ser prohibidos en algunos países se encontrada en teteros y la resina de epóxido
se usa para revestimiento de latas, tapas de botellas, líneas suplidoras de
agua y selladores dentales. A parte de envases
de alimentos y bebidas se ha
detectado el BPA en el polvo y las
partículas de aire, papeles
térmicos, e incluso agua.
La población humana está
expuesta continuamente e
inevitablemente al BPA a partir
de múltiples fuentes, y 92,6% de la población de
seis años o más en los Estados
Unidos tienen niveles detectables de BPA en
la orina y la sangre según estudios.
No hay duda de que la mayor parte de los datos in vitro y en animales en los estudios apoyan una relación existente entre el BPA y los efectos adversos en los seres humanos, pero existe controversia al respecto.
Un estudio utilizando BPA ha demostrado que
éste inhibe la adiponectina,
(una hormona sintetizada en el tejido graso o adiposo) que aumenta la sensibilidad a la insulina y disminuye la inflamación de los tejidos. Otro estudio
mostró que los ratones expuestos por
largo plazo a BPA desarrollaron
hiperinsulinemia, resistencia a la
insulina, y la intolerancia a la
glucosa.
Los escépticos argumentan que los modelos animales son demasiado diferentes a los seres humanos para extrapolar los hallazgos con confianza. Pero informes recientes demuestran que toxicocinética en el metabolismo del BPA es muy similar en los seres humanos, monos y ratones, y también sugieren que la exposición humana es mayor que la previamente estimada.
Hay varias cuestiones que han
impedido el progreso de
investigación en el área de la ingesta de
BPA en humanos, como la falta de métodos prospectivos, la data proveniente de varios estudios
es de países específicos (es importante porque la excreción urinaria del BPA
medida en estudios varía según población) pero en particular los métodos de prueba, la
regulación de las pruebas por los organismos apropiados, y el consenso
en las rutas biológicas clave del metabolismo de BPA son sólo algunas de
las controversias que existir.
Un estudio transversal hecho con niños y adolescentes por
la National
Health and Nutrition Examination Surveys publicado en 2012 encontró asociación
significativa entre los niveles urinarios de BPA y obesidad.
Un estudio publicado en Enero de
2013 concluyó que el BPA abrumadoramente
afecta a la viabilidad y función de las células β del páncreas (que
secretan insulina) y acelera la
tasa de apoptosis(muerte celular) en un modelo celular
en ratas de una manera dependiente de la dosis.
Otros posibles
efectos descritos en estudios con animales son mecanismos para producir
infertilidad masculina y femenina, cáncer de próstata y mama, alteración del
sistema inmune, alteraciones fetales, función tiroidea y relación con
enfermedad cardiovascular.
Clínica Mayo, cadena líder de hospitales en Estados Unidos y con amplio reconocimiento internacional
recomienda:
1- Buscar productos libres de BPA en el mercado. Si el producto no está
etiquetado tomar en cuenta que si el plástico está marcado con códigos de
reciclajes 3 o7 puede que este hecho con BPA.
2- Disminuir el consumo de enlatados.
3- No calentar en el microondas el policarbonato plástico ni ponerlo en
lavavajillas porque con el calor puede romperse el plástico y el BPA puede
pasar a los alimentos.
4- Utilizar plásticos, porcelanas, acero inoxidable para alimentos y
líquidos calientes en lugar de plástico.
Mis consejos adicionales basados en las directrices de otros países son:
- Comprar teteros (biberones) y
tazas para bebé libres de BPA para tus hijos o familiares es indispensable.
- Evitar también el código de reciclaje
6 en las botellas y envases plásticos.
Para evitar el poliestileno; químico asociado también a efectos adversos en la salud en la
literatura científica (cáncer, neurotoxicidad e impacto dañino al ambiente)
debido a sus componentes benceno y estireno.
Referencias:
Harvard University. Polyestirene Fast Facts. Fact Sheets. [Publicación en internet]
[Citado 21 Ago 2014]. Disponible en: http://isites.harvard.edu/fs/docs/icb.topic967858.files/PolystyreneFactSheets.pdf
Kang M, Shen H, Dong S. Exposure to bisphenol A induces
dysfunction of insulin secretion and apoptosis through the damage of
mitochondria in rat insulinoma (INS-1) cells. Cell Death and Disease. [Revista en internet]
17 Ene 2013. [Citado 21 Ago
2014]; 4, e460. Disponible en: http://www.nature.com/cddis/journal/v4/n1/full/cddis2012206a.html
Bisphonol A and Diabetes, Insulin Resistance, Cardiovascular Disease and
Obesity: Controversy in a (Plastic) Cup?
The journal of clinical endocrinologhy and metabolism. [Revista en
internet] Febrero 2013. [Citado
21 Ago 2014]; 98 (2) Disponible en: http://www.nature.com/cddis/journal/v4/n1/full/cddis2012206a.html
Rochester JR. Bisphenol A and human health: A review of the literatura. Reproductive
Toxicology. [Revista
en internet] Dic
2013 [Citado 21 Ago 2014]; 42: 132–155. Disponible en: http://endocrinedisruption.org/assets/media/documents/Rochester2013AcceptedManuscript.pdf
Trasande L, Attina TM, Blustein J. Association between urinary bisphenol
A concentration and obesity prevalence in children and adolescents. JAMA [Revista en
internet] 19 Sep 2012 [Citado 21 Ago 2014]; 308(11):1113-21.Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22990270
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