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martes, 28 de octubre de 2014

Elevada huella ecológica del consumo de carne (Ganado vacuno)

Según la FAO una huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) que emite a través de su ciclo de vida, expresada en kilogramos de CO2 equivalente. Incluye las emisiones de gases de efecto invernadero en la fase agrícola, incluidos  las emisiones de energía de uso en las granjas y las  no relacionadas con la energía (como metano y óxido nítrico)  proveniente de los suelos y los ganados.

Un estudio realizado en los estados unidos el presente año cita que alrededor de 1/5 de las emisiones de C02 provienen de los alimentos producidos a partir del ganado, así como es fuente de contaminación del agua promueve la extintición y compite con la biodiversidad . El estudio evaluó 4 factores: tierra, irrigación de agua, emission de CO2 y nitrogeno reactivo generado por la producción de los siguientes rubros: ganado vacuno, aves, cerdo, lácteos y huevos. Se encontró que la producción de vacuno require 28, 11, 5 y 6 veces mas tierra, irrigación de agua, emission de CO2  y nitrógeno reactivo respectivamente comparado con los otros anteriores rubros lo cuales son mutuamente comparables en costo, concluyendo que la producción de carne requiere aproximadamente 1 orden de magnitud más recursos que las categorías de ganado alternativos.

Un estudio hecho en el Reino Unido por la Universidad de Oxford publicado en el año en curos sobre dietas altas en carne versus dietas vegetales menciona que las emisiones de GEI están conformadas por el dióxido de carbono (de los combustibles fósiles utilizados para la maquinaria agrícola y de energía para transportar, almacenar y cocinar los alimentos), el metano (procedente de la fermentación entérica en el ganado rumiante) y óxido nitroso (liberados de labrados y suelos fertilizados). La mayoría de las emisiones de GEI relacionadas con los alimentos se producen en la fase agrícola.

Se menciona también que productos de origen animal en general, tienen mucho mayores emisiones que los productos a base de plantas por unidad de peso. Esto es en gran parte debido al uso de los cultivos de cereales para ser utilizado como alimento para animales, y el metano que se producen en el sistema digestivo de los rumiantes.

Reducciones sustanciales de las emisiones de gases de efecto invernadero sólo se puede lograr a través de cambios en los patrones de consumo y reducción de los residuos de alimentos.

  Ese trabajo  mencionado demuestra que la reducción de la ingesta de carne y otros productos de origen animal puede hacer una valiosa contribución a la mitigación del cambio climático al disminuir la huella de carbono (Una dieta de  2000 kcal promedio alta carne tenía 2,5 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que una dieta vegana equivalente en calorías). Otros trabajos han demostrado otros beneficios ambientales y de salud de una dieta bajas en carnes (disminuciónde indice de masa corporal, disminución de riesgo de eventos isquémicos cardíacos, amyor ingesta de frutas y vegetales, menor ingesta de grasa saturada mostrados en estudios observacionales). El reto de disminuir el consumo de carnes es monitorear  mienrales clave en productos animals como hierro y zinc.


 Un estudio en 2008 presentó estos gráficos muy explicativos sobre el tema:
                    

 Lo gráficos evidencian que el 30% de las emisiones de CO2 de la comida provienen de la carne roja y el alto impacto climático annual marcado por la carne roja comparado con otros rubros.


Otro estudio señaló que para producir 1 kg de carne requiere entre 5.000 y 20.000 litros de agua. En términos generales generales el contenido energético de los materiales de los alimentos varía de aproximadamente 2kcal por metro cúbico de agua en el caso de los alimentos y 0.25kcal por metro cúbico para los alimentos derivados de animales a base de plantas.

La agricultura basada en animales necesita considerablemente mayores extensiones de tierra para la producción de productos de valor energético equivalente; por ejemplo, mientras que se necesita una hectárea de tierra para producir arroz o patatas suficiente para alimentar a 19 a 22 personas por año, la misma área podría producir suficiente cordero o carne para abastecer sólo una o dos personas. Por esta razón, el 78% de las tierras agrícolas actuales ya se utiliza para la producción de ganado, ya sea para pastoreo directo o cultivos forrajeros.

Si la contribución del procesamiento y el transporte de alimentos se incluye, se obtiene un promedio de 7-10 calorías de energía requeridas para producir una caloría de alimento comestible. Sin embargo es mayor cuando se habla de caloría animal versus vegetal. Ej.: se necesitan 3kcal para producir 1 kcal de alimento vegetal pero 35kcal para producir 1 kcal de alimento animal a base de ganado alimentado con cultivos de grano.

El nortemamericano analista Jamais Cascio en 2006 hizo el cálculo de la huella de carbono de una hamburguesa de carne obtiendo un alto número de 2.85 to 3.1 kg de emisiones de carbono por hamburguesa. Esto incluye desde el cultivo para alimentar al Ganado para obtener la carne y queso, la producicción, almacenamiento, transporte de los components y cocción. El analista tomó ese rubro debido a que según estimaciones del país se consumían entre 1 y 3 hamburguesas por semana por estadounidense, es decir entre 50 y 150 por año.

Con respecto a esto se ha estimado que dado que el producto final contribuye 540kcal a la dieta del consumidor, se utiliza típicamente entre tres y ocho veces más energía en la producción y distribución de una hamburguesa  de lo que se ofrece al
consumidor como alimento.

Con respecto a todo esto existe “Meatless Monday” un movimiento global que hasta ahora involucra 36 países que fomenta la disminución de consumo de carne, y está basado en no consumer carnes los días lunes clamando major salud individual nacional y menor impacto al planeta.

Por otra parte una ayuda es promover el uso de la “agricultura sustentable” basado en el consumo de productos animales provenientes de ganado alimentados sanamente y no confinados a areas extremadamente pequeñas, asociado a su vez a la producción local (que recorra cortas distancias) genera una menor emisión de CO2.

Peter Scarborough,  Paul N. Appleby,  Anja Mizdrak,  Adam D. M. Briggs, et al. Dietary greenhouse gas emissions of meat-eaters, fish-eaters, vegetarians and vegans in the UK. Climatic Change [Revista digital] Jul 2014[Citado 26 Oct 2014]; 25(2): 179-192. Disponible en: http://link.springer.com/article/10.1007/s10584-014-1169-1/fulltext.html

Gidon Eshel, Alon Shepon, Tamar Makov, Ron Milo.  Land, irrigation water, greenhouse gas, and reactive nitrogen burdens of meat, eggs, and dairy production in the United States. PNAS. [Revista Digital] Febrero 2014 [Citado el 26 Oct 2014]: 111(33): 11996–12001. Disponible en: http://www.pnas.org/content/111/33/11996.full

Weber, C. and H. Matthews. Food-Miles and the Relative Climate Impacts of Food Choices in the United States Environ. Sci. Technol. [Revista en internet] 2008 [Citado 26 Oct 2014] 42 (10): 3508–35132. Disnible en: http://pubs.acs.org/cgi-bin/abstract.cgi/esthag/2008/42/i10/abs/es702969f.html

Meatess Monday  Goes Global. [Página Web] [Actualizada 2014] Disponible en: http://www.meatlessmonday.com/the-global-movement/

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