Según la FAO una huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) que emite a través de su ciclo de vida,
expresada en kilogramos de
CO2 equivalente.
Incluye las emisiones de gases de efecto invernadero en la fase agrícola,
incluidos las emisiones de energía de uso en las granjas y las no relacionadas con la energía (como metano y óxido
nítrico) proveniente de los suelos y los ganados.
Un estudio realizado en los estados unidos el presente año cita que
alrededor de 1/5 de las emisiones de C02 provienen de los alimentos producidos
a partir del ganado, así como
es fuente de contaminación del
agua promueve la extintición y compite con la biodiversidad . El estudio evaluó
4 factores: tierra, irrigación de agua, emission de CO2 y nitrogeno reactivo
generado por la producción de los siguientes rubros: ganado vacuno, aves, cerdo,
lácteos y huevos. Se encontró que la producción de vacuno require 28, 11, 5 y 6
veces mas tierra, irrigación de agua, emission de CO2 y nitrógeno reactivo respectivamente
comparado con los otros anteriores rubros lo cuales son mutuamente comparables
en costo, concluyendo que la producción de carne requiere aproximadamente 1
orden de magnitud más recursos que las categorías de ganado alternativos.
Un estudio hecho en el Reino Unido por la Universidad de Oxford
publicado en el año en curos sobre dietas altas en carne versus dietas
vegetales menciona que las emisiones de GEI están conformadas por el dióxido de
carbono (de los combustibles fósiles utilizados para la maquinaria agrícola y
de energía para transportar, almacenar y cocinar los alimentos), el metano
(procedente de la fermentación entérica en el ganado rumiante) y óxido nitroso
(liberados de labrados y suelos fertilizados). La mayoría de las emisiones de
GEI relacionadas con los alimentos se producen en la fase agrícola.
Se menciona también que productos de origen animal en general, tienen
mucho mayores emisiones que los productos a base de plantas por unidad de peso.
Esto es en gran parte debido al uso de los cultivos de cereales para ser
utilizado como
alimento para animales, y el metano que se producen en el sistema digestivo de
los rumiantes.
Reducciones sustanciales de las emisiones de gases de efecto invernadero
sólo se puede lograr a través de cambios en los patrones de consumo y reducción
de los residuos de alimentos.
Ese trabajo mencionado demuestra
que la reducción de la ingesta de carne y otros productos de origen animal
puede hacer una valiosa contribución a la mitigación del cambio climático al disminuir la huella
de carbono (Una dieta de 2000 kcal
promedio alta carne tenía 2,5 veces más emisiones de gases de efecto
invernadero que una dieta vegana equivalente en calorías). Otros trabajos han
demostrado otros beneficios ambientales y de salud de una dieta bajas en carnes
(disminuciónde indice de masa corporal, disminución de riesgo de eventos
isquémicos cardíacos, amyor ingesta de frutas y vegetales, menor ingesta de
grasa saturada mostrados en estudios observacionales). El reto de disminuir el
consumo de carnes es monitorear
mienrales clave en productos animals como hierro y zinc.
Un estudio en 2008 presentó estos gráficos muy explicativos sobre el tema:
Otro
estudio señaló que para producir 1 kg de carne requiere entre 5.000 y 20.000 litros de agua. En términos generales generales el contenido energético de los materiales de los alimentos varía de aproximadamente 2kcal por metro cúbico de agua en el caso de los alimentos
y 0.25kcal por metro cúbico para los alimentos derivados de animales a base de plantas.
La agricultura basada en animales necesita considerablemente mayores extensiones de tierra
para la producción de productos de valor energético equivalente; por ejemplo, mientras que se necesita una hectárea de tierra para producir arroz o patatas suficiente para alimentar a 19
a 22 personas
por año, la misma área podría producir suficiente cordero o carne para abastecer sólo una o dos personas. Por esta razón, el
78% de las tierras agrícolas
actuales ya se utiliza para la producción de ganado,
ya sea para pastoreo directo o cultivos forrajeros.
Si la contribución del procesamiento y el transporte de alimentos se incluye, se obtiene un promedio de 7-10 calorías de energía requeridas para producir una caloría de alimento comestible.
Sin embargo es mayor cuando se habla de caloría animal versus vegetal. Ej.: se
necesitan 3kcal para producir 1 kcal de alimento vegetal pero 35kcal para
producir 1 kcal de alimento animal a base de ganado alimentado con cultivos de
grano.
El nortemamericano analista Jamais Cascio en 2006 hizo el cálculo de la
huella de carbono de una hamburguesa de carne obtiendo un alto número de
2.85 to 3.1 kg
de emisiones de carbono por hamburguesa. Esto incluye desde el cultivo para
alimentar al Ganado para obtener la carne y queso, la producicción, almacenamiento,
transporte de los components y cocción. El analista tomó ese rubro debido a que
según estimaciones del país se consumían entre 1 y 3 hamburguesas por semana
por estadounidense, es decir entre 50 y 150 por año.
Con
respecto a esto se ha estimado que dado que el producto final contribuye 540kcal a la dieta del consumidor, se utiliza típicamente entre tres y ocho veces más energía en la producción y distribución de una hamburguesa de lo que se ofrece al
consumidor como alimento.
consumidor como alimento.
Con respecto a todo esto existe “Meatless Monday” un movimiento
global que hasta ahora involucra 36 países que fomenta la disminución de
consumo de carne, y está basado en no consumer carnes los días lunes clamando
major salud individual nacional y menor impacto al planeta.
Por otra parte una ayuda es promover el uso de la “agricultura
sustentable” basado en el consumo de productos animales provenientes de ganado
alimentados sanamente y no confinados a areas extremadamente pequeñas, asociado
a su vez a la producción local (que recorra cortas distancias) genera una menor
emisión de CO2.
Otros contenidos relacionados: impacto de botar comida a cualquier nivel de la cadena de producción y huella ecológica del sobrepeso
Referencias:
Peter Scarborough, Paul N. Appleby, Anja Mizdrak, Adam D. M. Briggs, et al. Dietary greenhouse gas
emissions of meat-eaters, fish-eaters, vegetarians and vegans in the UK. Climatic
Change [Revista digital] Jul 2014[Citado 26 Oct 2014]; 25(2): 179-192. Disponible en: http://link.springer.com/article/10.1007/s10584-014-1169-1/fulltext.html
Gidon Eshel, Alon Shepon, Tamar Makov, Ron Milo. Land, irrigation water, greenhouse gas, and
reactive nitrogen burdens of meat, eggs, and dairy production in the United
States. PNAS. [Revista Digital] Febrero 2014 [Citado el 26 Oct 2014]: 111(33): 11996–12001. Disponible en: http://www.pnas.org/content/111/33/11996.full
Weber, C. and H. Matthews. Food-Miles and the Relative Climate Impacts
of Food Choices in the United States Environ. Sci. Technol. [Revista en
internet] 2008 [Citado 26 Oct 2014] 42 (10): 3508–35132. Disnible en: http://pubs.acs.org/cgi-bin/abstract.cgi/esthag/2008/42/i10/abs/es702969f.html
Meatess Monday Goes Global.
[Página Web] [Actualizada 2014] Disponible en: http://www.meatlessmonday.com/the-global-movement/
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